El advenimiento de la pandemia del COVID-19, está generando no solo millones de muertes alrededor del mundo, sino angustia e incertidumbre en la población. Los sentimientos de tristeza ante la pérdida de seres queridos y la ansiedad de no saber cuándo acabará todo, están haciendo que las personas consuman ansiolíticos.

Asimismo, se sabe que quienes ya hacían uso de los ansiolíticos antes de que comenzara la pandemia, aumentaron la dosis prescrita. Mientras los técnicos de farmacia que cuentan con gran experiencia en su labor, indican que la venta de estos fármacos continúa creciendo en sus cifras; siendo el temor a contagiarse, el factor que desencadena este comportamiento.

Por su parte, el tiempo en confinamiento también está frustrando los sueños y las esperanzas de muchas personas; entre ellos, los estudiantes que tienen que adaptarse a la nueva modalidad virtual, sin llegar a convivir con sus compañeros de clases. Sin olvidar las personas que perdieron sus trabajos, y tienen que buscar la manera de sustentar sus necesidades del día a día.

Otro factor que está haciendo que las personas consuman más ansiolíticos en esta pandemia, es el cambio radical en sus economías; puesto que son muchos los emprendedores cuyos negocios no prosperaron, dada la falta de clientes potenciales para cubrir la demanda en las ventas. Así que estos aspectos influyen notablemente en el ánimo y el bienestar de las personas.

La soledad, el tedio y el aburrimiento hacen de las suyas

Según las encuestas realizadas en los últimos meses; la población afirma que la soledad y el aburrimiento acaecidos por la pandemia, influyen en la toma de ansiolíticos. Este aspecto repercute negativamente en los jóvenes que no pueden hacer planes a corto plazo o que desean vivir nuevas experiencias en el exterior.

Por otra parte, algunos ciudadanos españoles ratifican una mejoría al sobrellevar la situación de la pandemia. Dado que, consiguieron trabajos vía online o están haciendo todo lo posible por continuar sus estudios; mientras que otros afirman que sienten miedo, puesto que el contagiarse es un pensamiento que ronda sin cesar en sus mentes.

Asimismo, el confinamiento está haciendo que muchas personas se aparten y estén en completa soledad para evitar contagiar a sus familiares. Lo que viene cambiando las rutinas, los planes a futuro y la convivencia familiar a la que estaban acostumbrados; estas razones hacen que se agraven los problemas que desencadenan ansiedad e incertidumbre, derivando posteriores trastornos psicológicos.

Las personas que incluso antes de la pandemia ya sufrían problemas depresivos, son las que están más afectadas con el consumo de ansiolíticos. En tanto que aquellos individuos que reprimían sus emociones, ahora se encuentran más frustrados que nunca; lo que viene generando actitudes autodestructivas que repercuten terriblemente en el estado de ánimo y la salud.

¿Es posible que las personas se vuelvan adictas a los ansiolíticos en esta pandemia?

Como es bien sabido, los ansiolíticos ayudan a calmar el sistema nervioso y ofrecen una sensación de paz y serenidad. Claro que, este efecto dura aproximadamente unas 12 horas, y no deben emplearse frecuentemente, sino en situaciones muy puntuales; pero a pesar de esta advertencia, muchos ciudadanos hacen caso omiso y siguen incrementando la cifra de su consumo durante la pandemia.

La compra desmedida de ansiolíticos busca encubrir el miedo y la ansiedad generada por el fallecimiento de tantas personas durante la pandemia. Sin embargo, esta no es la salida a los problemas porque puede generar dependencia y efectos secundarios en el paciente; cada dosis debe estar indicada por el médico de cabecera o por técnicos de farmacia capacitados.

El sistema público de la red de farmacias, pone de manifiesto esta creciente en el empleo de ansiolíticos para encubrir problemas emocionales. Un factor de peso que puede poner en riesgo no solo la salud de estas personas, sino evitar que quienes realmente los necesiten, dispongan de ellos. Lo que refleja el impacto emocional que la pandemia viene arrastrando con el paso de los meses.

Cabe acotar, que los ansiolíticos, son medicamentos que pueden generar dependencia psicológica, razón por la que no deben tomarse deliberadamente; ya que pueden generar síntomas de abstinencia como sucede con muchos vicios en la actualidad. Es por eso que en estos casos, lo mejor será acudir a terapia de la mano de profesionales que nos ayuden a recuperar la cordura.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies

Subscribete a Nuestro Newsletter

Recibirás información, ofertas y descuentos esclusivos, prácticas...

You have Successfully Subscribed!

Pin It on Pinterest

Share This