El Alzheimer es una enfermedad que afecta cada día a más personas. Esta patología neurodegenerativa provoca el deterioro de múltiples funciones tanto mentales como funcionales, y los pacientes deben tener un especial cuidado. Es por ello que se requiere la ayuda de enfermeros para llevar la situación de la mejor manera.
A través de nuestro curso de Auxiliar de Enfermería, tendrás la formación necesaria para ayudar tanto a la familia como al paciente con Alzheimer. Podrás ofrecer los cuidados básicos y marcar unas pautas para mejorar la calidad de vida de todos. Esto, además, ayudará a ralentizar el avance de la enfermedad en los mejores casos.
El cuidado de una persona con Alzheimer
Muchos estudios indican que la población en nuestro país cada vez es más mayor, por lo que se hace imprescindible el cuidado de un enfermero en muchas ocasiones. El Alzheimer es uno de esos casos, así que toma nota de cómo puedes ayudar de la mejor manera al paciente.
Tener paciencia
Sobre todo al inicio de la enfermedad, los pacientes con Alzheimer se sienten muy vulnerables y con mucha ansiedad porque son conscientes de lo que les está ocurriendo. Debes ser tolerante con su forma de afrontarlo, tratando de ayudarlo en las tareas cotidianas.
Crear un entorno conocido
Como enfermero, debes intentar ayudar a la familia a crear un espacio reconocible para el paciente. Se sentirá más seguro si conoce el lugar y a las personas de su alrededor, evitando la desorientación, tan común en el Alzheimer.
Mantener activo el cuerpo
Ya sea el sistema locomotor, el nervioso o el cognitivo; no debemos dejar que el paciente de Alzheimer deje de utilizarlo. Siempre de manera adaptada a sus capacidades, debes intentar que tu labor como enfermero incluya ejercicios mentales y físicos para mejorar su condición.
Establecer rutinas
Tener la agenda llena de actividades adaptadas a la persona con Alzheimer es vital para que se mantenga de la mejor manera posible. Plantea un calendario que te ayude a llevar a cabo sus cuidados y que permita cumplir otros objetivos establecidos, pero siempre con actividades sencillas.
Afianzar la orientación temporal
De la misma manera, no debes descuidar que el paso del tiempo se ve afectado por la enfermedad. Trata de colocar en su entorno un calendario fácilmente visible, así como un reloj grande. Así, será más fácil marcar las rutinas y cuidados, dando pautas al enfermo que pueda reconocer y aplicar.
Mejorar la comunicación
Muchas veces, la propia impotencia del paciente le hace querer aislarse y dejar de hablar con los demás, por lo que únicamente se empeora la situación. Sé amable con él, habla con frases sencillas y déjale que se tome su tiempo para contestar. Así también reducirás sus niveles de estrés.
Fomentar la autonomía
Los pacientes de Alzheimer pueden volverse muy dependientes en fases avanzadas de la enfermedad. Por eso, siempre que sea posible, es interesante dotar de cierta autonomía a la persona, aunque lo haga con más lentitud o dificultad que antes. Actividades sencillas como vestirse o lavarse los dientes u otras partes son buenos ejemplos.
Promover la mejora
A veces puede resultar frustrante que un paciente de Alzheimer no recuerde algo, y tendemos a darle la respuesta inmediatamente. Como enfermero, debes intentar que sus sistemas se deterioren lo menos posible, por lo que debes intentar que vuelva a recordar aquello que olvidó (sin presionarle ni forzarle).
Motivar y valorar al paciente
Precisamente, cuando alguien con Alzheimer ha completado una tarea de manera satisfactoria, es bueno darle el valor que tiene. La sensación de sentirse arropado por los logros y la progresión son un buen estímulo frente a la enfermedad.
Respetar tu propio descanso
Este último consejo es para ti, que después de muchas horas de cuidados a una persona con Alzheimer puedes acabar exhausto. Recuerda que no puedes ser enfermero las 24 horas del día, así que dedica tiempo a ti mismo y trata de realizar actividades que te distraigan.
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